En la Antigua Grecia la música era considerada una herramienta educativa de primera magnitud. El término “música” significa en griego “El Arte de las Musas” y a través de las musas se representaban casi todos los aspectos y actividades de la vida humana: canto, poesía, danza, gimnasia y también cultura, educación, ciencia, formación superior, etc.
Las corrientes pedagógicas musicales actuales más avanzadas parten de la premisa de que la educación musical es el desarrollo de unas capacidades inherentes a toda persona, separándola de la idea de “don” reservado a muy pocos ya que contribuye a su crecimiento general ayudando considerablemente al desarrollo auditivo, colaborando a ordenar el sistema motriz, potenciando la sensibilización hacia los estímulos internos y externos, encontrando la relación entre el arte y la emoción, incentivando la imaginación y la creatividad, despertando la capacidad de expresión y comunicación, también la concentración y la relajación. Además, al educar por medio de las actividades artísticas se promueven unas cualidades humanas tan importantes como el impulso a investigar, experimentar y transformar, pertenecer, compartir, colaborar y respetar. Se educa así mismo para la belleza, la alegría, la convivencia y la paz.
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