"Trabaja como si no necesitaras el dinero,
ama como si nunca te hubieran hecho daño
y baila como si nadie te estuviera observando"
La creatividad surge de manera espontánea pero se limita a medida que vamos creciendo. Cualquier niño pequeño es creativo, porque todavía no tiene grabadas en su mente los prejuicios, razonamientos, todo aquello que no permite al adulto experimentar libremente. Los mayores dejan de dibujar en cuanto lo que pintan no les parece suficientemente estético, o tienen miedo de dejarse llevar por la música por miedo a hacer el ridículo. Todos estos condicionamientos reprimen la capacidad creativa y expresiva.
La creatividad se nutre de sensaciones, sentimientos, del caos, de lo desconocido. Necesita espacio, posibilidades... todo lo opuesto al orden y al acotamiento que impone el pensamiento lógico. Por eso, si se quiere desarrollar la capacidad creativa es fundamental rescatar dos cualidades esenciales de la niñez: la curiosidad y la libertad para experimentar. Para eso es preciso romper algunos hábitos mentales como el perfeccionismo, el control o la tendencia a estar continuamente pendiente de la opinión ajena.
Sobre creatividad han hablado desde economistas hasta políticos, pasando por psicólogos, artistas, psiquiatras y una gran cantidad de científicos y periodistas. El estudio de la creatividad comenzó en los años cincuenta para justificar la existencia de diferencias en el rendimiento que no se pueden atribuir a las diferencias en inteligencia u otros rasgos cognitivos.
Inteligencia, sabiduría y creatividad son conceptos relacionados con el rendimiento cognitivo humano, pero a pesar de las estrechas relaciones entre estos tres conceptos, el interés se ha centrado en los estudios de la inteligencia, si bien más de las tres cuartas partes de las aportaciones más destacadas a la cultura y desarrollo social provienen de la creatividad más que de la pura inteligencia.
La creatividad se caracteriza por la falta de convencionalismo (originalidad), la capacidad de integración y síntesis, la imaginación y el gusto estético. La flexibilidad, una actitud analítica hacia el entorno y la motivación por alcanzar y conseguir las cosas.
Texto extraído del Curso Práctico "La Conciencia Creadora: Cómo desarrollar la creatividad en la vida cotidiana", creado por Gabriella Robles y Azucena De la Iglesia Ferreras.
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